De la mano de un inspiradísimo Gastón Ureta, capitán, motivador, ideólogo y hacedor de esta epopeya, Villa Malcolm le pinta la cara al mal tiempo y golea a la quietud, a la falta de hechos que acompañen a las palabras y pica en punta en el torneo que más importa ganar.
De pinceles, rodillos, pinturas y madrugadores sueños surge la nueva apariencia de un club que renace gracias al amor de grandes y chicos que, cada uno desde su lugar -aportando dinero y/o trabajo-, hacen posible esta realidad.
Cada vez falta menos y cada vez tenemos que ser más. Esto es tuyo, nuestro, de todos.
"Las grandes obras las sueñan los genios locos, las ejecutan los luchadores natos, las disfrutan los felices cuerdos y las critican los inútiles crónicos"
#MalcolmSomosTodos
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